Romances populares y vulgares: recogidos de la tradición oral chilena

Naslovnica
Impr. Barcelona, 1912 - Broj stranica: 580
 

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Stranica 115 - Vete con Dios, pastorcillo, no te sabes entender, hermosuras de mi cuerpo yo te las hiciera ver: delgadica en la cintura, blanca soy como el papel, la color tengo mezclada como rosa en el rosel, el cuello tengo de garza, los ojos de un esparver, las teticas agudicas que el brial quieren romper, pues lo que tengo encobierto maravilla es de lo ver.
Stranica 115 - Ven acá, el pastorcico, si quieres tomar placer, "siesta es de mediodía, que ya es hora de comer: "si querrás tomar posada, todo es a tu placer." — "Que no era tiempo, señora, que me haya de detener, "que tengo mujer y hijos y casa de mantener "y mi ganado en la sierra, que se me iba a perder "y aquellos que me lo guardan no tenían qué comer.
Stranica 147 - Francia vengo, señora, y en el camino encontré a un caballero, y me dijo que lindas hijas tenéis. Que las tenga o no las tenga, yo las sabré mantener, con un pan que Dios me ha dado y un jarro de agua también.
Stranica 149 - A avisárselo a la reina Y al hijo del rey también. — Vuelve, vuelve, pastorcillo, No seas tan descortés; De las tres hijas que tengo. La mejor te la daré. — Esta llevo y ésta traigo, Por esposa y gran mujer, Que su madre es una rosa Y su padre es un clavel.
Stranica 131 - Polonia hermana, que yo vengo muy herido, - y las heridas son malas. Polonia, si yo me muero, - no me entierres en sagrado; entiérrame en un pradito - donde no paste ganado, ya la cabecera pongas - un Cristo crucificado, con un letrero que diga: - «Aquí murió un desdichado; No ha muerto de mal de amor, - ni de dolor de costado, que ha muerto de calenturas - de la justicia matado.
Stranica 93 - Ojos con que te miraba, — la desgraciada de mí, Ya me los comió la tierra: — su figura vesla aquí!
Stranica vi - Los oyentes de una larga recitación épica se encariñaban con algún episodio más feliz, haciéndolo repetir a fuerza de aplausos, y luego que el juglar acababa su largo canto, se dispersaban llevando en su memoria aquellos versos repetidos, que luego ellos propagaban por todas partes. Pues bien, esos breves fragmentos, desgajados de un antiguo cantar de gesta y hechos así famosos y populares, son, ni más ni menos, los romances más viejos que existen.
Stranica 93 - Voy en busca de Mercedes que ayer tarde no la vi. — Merceditas ya se ha muerto, muerta está, que yo la vi, cuatro condes la llevaban por las calles de Madrid.
Stranica 89 - ¿Quién es ese caballero que á mi puerta dice: abrid? — El Francés soy yo, señora, que la solía servir, de noche para la cama, de día para el jardín.» «En otra versión chilena de Santiago se dice también: «Señora, soy el Francés, quien te solía servir», «y la adúltera le dice: «¿Qué tiene, señor Francés, qué tiene, triste de mí?
Stranica 61 - Entre la paz y la guerra Con sus dos hijas queridas, Blanca Flor y Filomena, Llegó el duque Fernandillo Y se enamoró de una de ellas; Se casa con Blanca Flor Y pena por Filomena. Luego que se casó Lo (1) llevó para su tierra, A los nueve meses vino A la casa de su suedra (2).

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